El pequeño municipio de Ares destaca por sus tranquilas playas y su arquitectura pintoresca. Estos elementos dotan de encanto casi cualquier rincón que se visite.

Ares, dedicado tradicionalmente a la pesca, conserva muchas de sus antiguas casas de aspecto marinero. Estas destacan por sus balcones de madera, usados para colgar las redes de los barcos.

Uno de esos lugares mágicos es la pequeña aldea de Redes, cuyo nombre evoca a la importancia pesquera de su puerto. Su peculiaridad es que las casas están a la orilla del mar y los marineros amarran sus embarcaciones en sus puertas.

El valor monumental de Ares es digno de mención, como las iglesias de Santa Olalla de Lubre, Cervás, San Vicente de Caamouco y la ermita de Nosa Señora da Mercede. Además, repartidos por todo el municipio, se conservan cinco castros prerromanos.

Una visita obligada es el monasterio de Santa Catalina de Montefaro, de construcción románica. Fue fundado en el siglo XIV por don Fernán Pérez de Andrade O Bo y habitado por los franciscanos. Ya en 1837 pasará a manos del Ejército. De propiedad municipal, se puede visitar los fines de semana y todos los días por el verano.

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