Bañado por las rías de Ferrol, al norte, y de Ares, al sur, Fene destaca por sus famosos astilleros y su alto valor arquitectónico. En el municipio se conjuga la arquitectura religiosa, la indiana, gracias a las construcciones de los emigrantes retornados, y la más moderna, como los singulares edificios de los dos Ayuntamientos.

En Fene, además, regresamos al pasado gracias a sus numerosos vestigios arqueológicos. Prueba de ello son el petroglifo de Marraxón, el Campo de Mámoas (sepulcros) del monte Marraxón y los castros de Orra en Sillobre, la mámoa del Campo da Arca en Barallobre y O Castro en Magalofes. Muchos asentamientos castrenses fueron romanizados como lo prueban los restos de una fábrica de salazón en Vilar de Colo (Limodre). También se conserva un puente medieval sobre el río Belelle, cuyo entorno natural es un gran atractivo paisajístico.

Fene también cuenta con dos museos singulares: el de ASTANO, dedicado a los astilleros de los que vivió la localidad, y el Museo del Humor, único en Europa.

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Consejo
Para los amantes de la música indie, el Felipop se celebra cada agosto en Limodre.
Sabías que...?
El Monumento al Caminante Desconocido se levantó en 1934 y cuenta con una biblioteca al aire libre.